Soy pequeño, no tonto

Están haciendo problemas de matemáticas en clase. Todos en silencio, algunos mordiendo el lápiz mientras parece que se estrujan la cabeza, otros con los dedos sumando, alguno tirado por el suelo buscando la goma. De repente uno de ellos dice en alto:

- Soy pequeño, no tonto.

- Luis, que estamos trabajando en silencio, ¿qué pasa?

- Perdón profe, pero el que ha hecho el libro piensa que somos tontos.

- ¿Porqué dices eso?

- A ver, dice "Carlitos va a la tienda de chucherías a comprar seis piruletas, diez caramelos, dos chicles, tres nubes y un paquete de pipas. Si paga con una moneda de un euro ¿cuánto le devuelven?". Si yo voy al quiosco a comprar todo eso y doy una moneda, el hombre del quiosco me dice que deje la mitad de las cosas, que valen más de lo que llevo, papá que le de a mi hermana y mamá que se me pican los dientes con tantas chuches. ¿Para qué voy a llevarme tanto?

Y es verdad, son pequeños, pero a veces más listos que muchos mayores, porque ha sabido ver detrás del problema, no se ha quedado solo en unas sumas, sino que se ha metido en el papel, se ha imaginado en la tienda comprando y las consecuencias de hacerlo. Cuantos problemas se solucionarían si nos ponemos en el papel de los demás y vemos las cosas desde su visión, si aprendemos a mirar con la mirada de los demás.

Comentarios

  1. Me encanta esta anécdota. Me he permitido la licencia de incluirla en una entrada en mi blog, porque pienso que nadie como un niño para explicar de qué se trata realmente el aprendizaje significativo...
    ¡Un saludo!

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  2. deberia ser algo que cada ser humano hiciese por si solo. si cada persona pensona se pusiera en el lugar de los otros en vez de juzgar y condenar sin siquiera saber la realidad de lo que pasa. otro universo seria.

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